martes, 14 de octubre de 2014

Historias Inconclusas



Aunque diga ya no más es otra vez la misma historia...

Me encuentro aquí de nuevo en el abismo, en esa profundidad sin fondo, en donde todo lo que había soñado se ha perdido, donde el amor no existe y la felicidad no es más que una excusa para sobrevivir a este camino que llamamos vida. Siento como me desgarro por dentro, mi corazón  se va penetrando con el frío del invierno en sus nervios, haciéndome más insensible, más triste...vulnerable.

Me dejaste, y te llevaste todos los recuerdos contigo. No te despediste, tan solo te fuiste como si nunca nos hubiésemos visto antes y, ahora que te marchaste, siento como me he quedado sin rumbo ni sentido. Fue mi culpa, yo te dejé ir y ahora solo pago las consecuencias de mis actos. Quizás no he aprendido nada en este viaje, quizás todo esto fue un error, o simplemente el único error aquí ha sido enamorarme desesperadamente de ti.

¿Qué ha pasado con mi vida? Simplemente era maravillosa. Tenía un pequeño piso en Los Ángeles, pero con una esplendorosa vista hacia el Océano Pacífico. Un trabajo que me garantizaba mi existencia, unas tremendas amigas quienes me acompañaron en las malas y en las peores; y claro, un fantástico novio que me amó como yo nunca pude amarlo a él durante 3 preciosos años. 

De pronto todo eso desapareció como las palabras cuando se las lleva el viento. Todo fue tan efímero y doloroso. Mis amigas maduraron, se alejaron y, poco a poco fueron rehaciendo su vida. Danny, mi querido Danny, aquél chico jovial que disfrutaba tanto de mi compañía, empezó a notar lo difícil que era para mí amarlo con locura, con pasión. Yo lo amaba, ¡oh por Dios! claro que lo amaba, solo que...empecé a preguntarme, ¿que pasaría si en tan solo un momento, todos esos sentimientos desaparecen? 

Fue entonces cuando descubrí que nunca me había enamorado de él. 

La verdad es; nunca lo había hecho. Cuando empecé a asimilarlo, una ola de vacíos se fue metiendo dentro de mi. Sentí soledad, cuando en realidad siempre he estado acompañada. No pude más y destruí todo lo que habíamos construido o, más bien, lo que yo fingí haber construido mientras que él trataba de hacerlo realidad.

Y hoy, se repite la misma historia. Vuelvo a ser la misma chica tonta, la que se hace preguntas en la cabeza, cuestionándose si alguna vez va a sentir el amor verdadero. Naturalmente lo único que consigue es lastimar a los demás, pero a nadie más como a mí. 

Ahora te has ido, con todas las respuestas que llevo dentro aquí conmigo, respuestas que siempre quisiste compartir mientras que yo me negaba para no hacerme sufrir. No sé si volveré a encontrarte, pero lo único que sé es que tú me haz enseñado lo que es amar.

PS: Uno de esos epílogos que inicio pero que nunca termino...Espero les haya gustado!

No hay comentarios: