“La memoria es una artista extraña, redibuja los colores de la vida, borra lo mediocre y sólo conserva los trazos más hermosos, las curvas más conmovedoras".
Cuando una novela es buena de verdad, no se deja definir fácilmente... Es así como esta novela llamó mi atención aquél domingo que me topé con el.
Nunca antes había leído una novela de este reconocido autor francés Marc Levy, y tampoco tenía idea de que la película Just Like Heaven estaba basada en uno de sus maravillosos libros.
Marc Levy en esta novela nos habla sobre creer en las segundas oportunidades que nos otorga la vida, te invita a creer en lo increíble y tomar nuestras propias decisiones.
Las cosas que no nos dijimos despertó en mi sentimientos que pensé que dormirían para siempre; cuando creía que me había vuelto ácida y cuando creía que no volvería a recordar esas experiencias de mi vida que quizá aún tengo que resolver.
No quiero hablarles mucho sobre la novela, sobre todo porque quiero que descubran por ustedes mismos las sensaciones que he sentido mientras leía este libro que me he devorado en menos de una semana. Pero si puedo hablarles sobre aquellas partes de libro que me han hecho llorar como una magdalena.
Hay un momento de la historia donde un viejo amigo de la protagonista comienza a relatar todos esos malos momentos que su amigo sufrió por la ausencia de la protagonista. De como buscaba en otras personas su presencia, su aroma, de como veía en los escaparates un vestido y le decía a su amigo que ese vestido le quedaría hermoso a su amor....Cosas como esas yo las experimenté hace mucho tiempo y me hizo buscarlo en aquel baúl de recuerdos que tenía encerrado con llave. Ahora pienso que debí haberlo quemado por completo.
También quiero que lean un pequeño fragmento de la novela que me hizo pensar mucho sobre el amor familiar y de como no podemos juzgar a la ligera las decisiones que toman los padres. La verdad es que nadie es perfecto, pero cada padre intenta ser siempre el héroe o la heroína de sus hijos. Esto es algo que muchas veces no valoramos. A pesar de que el autor trata el tema de una manera muy ficticia, te hace ver que tenemos que aprovechar a nuestros padres en el hoy, y no esperar a que el mañana nos diga que debemos de habernos arrepentido por alguno de nuestros actos.
Antes de leer el fragmento, quiero recordarles que siempre hay que vivir el hoy, tomar las decisiones acertadas y con tiempo porque en el momento en que te arrepientes ya no tienes marcha atrás para rehacer las cosas, solo ciertas maneras de enmendarlas (segundas oportunidades).
-Fragmento
Quieres que hablemos a corazón abierto, entonces me gustaría hacerte una pregunta y que me prometas responder con sinceridad. ¿Cuánto tiempo habrá durado tu historia de amor más larga? No te hablo de Tomas, ni de sentimientos soñados, sino de una relación vivida. ¿Dos, tres, cuatro, cinco años tal vez? Qué más da, dicen que el amor dura siete años. Vamos, sé sincera y contéstame. ¿Serías capaz durante siete años de entregarte a alguien sin reservas, de darlo todo, sin límites, sin dudas ni temores, sabiendo que esa persona a la que quieres más que a nada en el mundo olvidará casi todo lo que habréis vivido juntos? ¿Aceptarías que tus atenciones, tus gestos de amor se borraran de su memoria, y que la naturaleza, a la que le horroriza el vacío, llenara un día esa amnesia con reproches y anhelos no cumplidos? Consciente de que todo ello es inevitable, ¿encontrarías pese a todo la fuerza de levantarte en mitad de la noche cuando la persona a la que quieres tiene sed, o simplemente una pesadilla? ¿Tendrías ganas todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerla todo el día, divertirla, leerle cuentos cuando se aburra, cantarle canciones, salir porque necesitará que le dé el aire, incluso cuando hace un frío helador? Y, al llegar la noche, ¿ignorarás el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos y hablarle de un porvenir que, irremediablemente, vivirá lejos de ti? Si tu respuesta a cada una de esas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar.
-¿Me estás hablando de mamá?
-No, querida, te estoy hablando de ti. Este amor que acabo de describirte es el de un padre o una madre por sus hijos. Cuántos días y cuántas noches pasados velando por vosotros, al acecho del más mínimo peligro que pudiera amenazaros, mirándolos, ayudándolos a crecer, secando vuestras lágrimas, haciéndolos reír; cuántos parques en invierno y cuántas playas en verano, cuántos kilómetros recorridos, cuántas palabras repetidas, cuánto tiempo dedicado a vosotros. Y, sin embargo, sin embargo…, ¿a qué edad se remontan vuestros primeros recuerdos de infancia?
6 comentarios:
A mi me encanta Marc Levy, me he leído muchos de sus libros, y la verdad que todos ellos me han encantado, pero he de reconocer que este me lo debore, ya que en menos de dos días ya me lo había terminado jajaja
Y es curioso que a ambas nos llamaran la atención las mismas cosas, el texto que has puesto es mi preferido ;)
Es maravilloso.
Las cartas y la historia con Tomas son cosas....incomparables.
Botella de besos y caja de abrazos
Me encantó este libro, sobre todo el final. Era totalmente inesperado y a la vez bonito.
Tengo muchas ganas de leer ese libro, sin duda lo haré. Un abrazo, Ninna.
Se me ha hecho un nudo en la garganta con aquél fragmento, ¡Es que todo es muy cierto! ¿y cuánto les retribuimos? Aquél amor es uno de los más incondicionales, el único que dura para siempre. Me ha conmovido, seguro que lo leo cuando lo encuentre en la biblioteca.
Un beso.
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