Hace unos días atrás mientras esperaba sentada mi parada de metro, observaba justamente a lado mío a una madre que tenía a su pequeño bebé en el coche. Era de esos bebés que parecen recién salidos de una propaganda de televisión para Johnson’s babies o Huggies, en otras palabras, adorable.
Pero no fue justamente el bebé quien me llamó la atención, más bien fue aquella escena que llevo guardada en mi memoria de una madre (que a mi concepto era soltera) jugando con su pequeña criatura. El sonido de sus risas, la alegría de sus miradas, la compenetración espiritual...Simplemente era maravilloso. Era una sensación cálida y de nostalgia que sentía en ese momento.
Durante 15 minutos mi mente hizo un viaje hacia esa época de mi inocencia cuando uno tiene un romance especial con aquella persona que te cuida, te ama y te protege. Aquella persona que sacrificaría lo que fuera por ti sin importar el espacio y el tiempo. Esa época en donde te comunicas a través de la intuición, esa época en la que, cuando le das la mano al amor de tu vida, sientes latir su corazón, escuchas sus pensamientos, sientes protección y añoras su calor...
Fueron los 15 minutos más dulces de mi vida.
Fue una nostalgia a mi infancia, una nostalgia de tener a mi madre a mi lado y decirle: te quiero.
5 comentarios:
Las madres!!! son hermosas♥ y lo mejor que pudieramos tener.
Que bendecidas somos(:
Un besote.
El único amor que Dios ha establecido que durará desde el inicio hasta el final de tu vida, ese incondicional, verdadero, sincero, completo... perfecto. Esos quince minutos de seguro han sido bellísimos, tal como yo recuerdo los míos.
Un beso.
Excelente entrada, saludos ¡ojue!
esos lindos recuerdos inocentes de nuestra infancia que nadie borrara..
=D
El amor de madre <3 que dulzura!
Yo ya no vivo con ella por circunstancias de la vida pero sin duda cuando la vuelvo a ver, tengo mas de aquellos 15 minutos.
Grandioso.
Un abrazo.
A l i v e'
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